El mantenimiento de un coche eléctrico supone una auténtica revolución en el cuidado automotriz con respecto a las generaciones anteriores de motores. Gracias a la ausencia de piezas móviles en su motor, estos vehículos permiten disfrutar de un ahorro notable en tareas de mantenimiento, ofreciendo una experiencia de conducción mucho más sencilla y económica para sus propietarios.