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De los seis tipos de luces que poseen todos los coches, las luces antiniebla son de las más importantes. Sin embargo, ¿qué debemos saber sobre ellas a fin de potenciar la seguridad de nuestro coche?
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Un vehículo se compone de diferentes luces: la luz de cruce corta (de noche o en días nublados), la luz de carretera larga (de noche, en carreteras poco iluminadas), la luz de marcha atrás, las de posición (para indicar el volumen del vehículo) y las luces antiniebla.
En concreto, estas últimas se dividen en dos tipos: las antiniebla delanteras, las cuales actúan de refuerzos para las luces de cruce y carretera al ser potente, baja y ancha; y las antiniebla traseras, las cuales sirven para para señalizar la posición del vehículo en situaciones climatológicas muy desfavorables. Algo que, en ciertas ocasiones, no todos los conductores siguen a rajatabla.
El símbolo de las luces antiniebla es similar al de otras luces, salvo que estas constan de una rayita vertical curva entre las líneas horizontales que indican la opción lumínica.
A la hora de diferenciar las luces antiniebla delanteras de las traseras, debemos tener en cuenta los matices del diseño: mientras las delanteras lucen sus líneas horizontales hacia arriba, la orientación de las traseras es hacia abajo.
Datos que nos serán de gran ayuda cuando llegue el momento de activarlas. Especialmente, si sabemos cuándo.
Estas son las situaciones en las que activar las luces antiniebla se considera obligatorio:
Estas luces deben encenderse en situaciones climatológicas adversas que disminuyan la visibilidad en carretera (desde lluvia hasta nevadas, pasando por nubes de humo, niebla o polvo). También se permite usarlas en trayectos estrechos o con muchas curvas.
Se deben usar en aquellas situaciones similares a las comentadas anteriormente pero de gravedad mayor tales como episodios de niebla, lluvia o nevadas muy fuertes. Una aliada que, en ciertas ocasiones, es utilizada por algunos conductores que no son conscientes de la peligrosidad que implican para el conductor que viene por detrás. En estos casos, la multa a pagar por uso inapropiado de luces antiniebla puede oscilar los 200 euros.
Por ese motivo, saber controlar las luces antiniebla, al igual que el resto de elementos de nuestro vehículo, se convierte en una prioridad a la hora de apostar por la seguridad tanto de nuestro coche como, especialmente, de otros conductores.
Las luces antiniebla requieren ser utilizadas en situaciones extremas en las que también puedes necesitar aliados aún más potentes.
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